La lengua castellana tiene aproximadamente unas 100.000 palabras. Desde la A hasta la Z, no hemos podido encontrar una sola palabra que describa las sensaciones que despierta el jamón de etiqueta verde. La explosión de sabores, texturas y aromas estimulan cada fibra de nuestro cuerpo, no tiene una palabra que la defina a la perfección.
Magia, sensualidad, placer o éxtasis, podrían ser los términos más cercanos a lo que ocurre cuando una fina loncha se derrite en nuestra boca. La etiqueta verde del jamón ha tratado de encauzar este caos de placeres que desata el exquisito sabor y aroma del jamón ibérico.
Pero, no hay nada casual en la perfección del jamón de etiqueta verde, todo en él es el producto de un proceso milimétricamente diseñado. Desde que su majestad, el cerdo ibérico, pasta en las dehesas extremeñas hasta que el corte casi quirúrgico nos regala una loncha perfectamente cortada.
Los jamones ibéricos de etiqueta verde denominan a uno de los productos más delicados y apreciados en el mundo entero. Es precisamente esta calidad ultra comprobada que hoy en día permite comprar jamón etiqueta verde en cualquier rincón del planeta.
Para apreciar todo el embeleso que produce el jamón de etiqueta verde, es fundamental comprender todo lo concerniente a su producción. Desde la crianza del cerdo ibérico hasta el proceso de curado y el precio del jamón etiqueta verde de manera integral.
Veamos algunos de los elementos más importantes sobre esta joya de nuestra gastronomía. Asimismo, veamos todo lo que necesitamos saber antes de comprar jamón etiqueta verde y rendirnos ante sus encantos.
¿Qué significa la etiqueta verde del jamón ibérico?
El jamón ibérico se considera como el producto más premium del mundo gracias a la pureza del cerdo ibérico y el fino proceso de curación. Sin embargo, dentro de la clasificación del jamón ibérico, existen cuatro denominaciones de calidad, sabor, aroma y por supuesto, precios.
En cada una de las denominaciones, se toman en consideración varios elementos fundamentales: La pureza genética del cerdo, la crianza y la alimentación que recibe el animal durante su vida. Estos tres elementos influyen en la formación muscular, la densidad grasa y la capacidad de liberación de los sabores durante el proceso de curado.
La pureza genética del cerdo permite asegurar la calidad del producto debido a elementos netamente orgánicos de esta raza. Por otro lado, la forma de crianza nos permite conocer el grado de actividad física del animal, un factor fundamental en el desarrollo muscular. Del mismo modo, la alimentación influye en la densidad y beneficios del tejido graso de la pieza y su textura final después del curado.
Existen cuatro denominaciones o etiquetas de calidad del jamón ibérico: Los jamones de estirpe negra, etiqueta verde, etiqueta roja y etiqueta blanca. El jamón de etiqueta negra proviene de cerdos ibéricos 100% puros, criados en libertad en las dehesas y con una alimentación exclusiva de bellotas.
Los jamones de etiqueta verde, vienen de cerdos de pureza hasta de un 50% de raza ibérica. Son criados en la dehesa y con una alimentación de piensos naturales combinada con recursos naturales. La etiqueta roja denomina a jamones de cerdos de 75% hasta 50% de pureza, criados en la dehesa y con una alimentación básicamente de bellotas. Por su parte, el jamón de etiqueta blanca se obtiene de cerdos de hasta un 50% de raza ibérica, criados en cebaderos y alimentados con piensos.
¿Cómo influye el etiquetado en el sabor?
El etiquetado del jamón es mucho más que una simple clasificación de calidad o de precio. Una de las características más representativas de un jamón de calidad es la capacidad de las grasas de fundirse a muy bajas temperaturas.
Asimismo, la concentración de ácido oléico del jamón ibérico lo cataloga como uno de los productos más sanos de toda la dieta mediterránea. Esta concentración es natural en los cerdos de raza ibérica pura y que se potencia con la crianza en las dehesas con alimentación natural.
La grasa del cerdo ibérico tiene la increíble capacidad de absorber los sabores de las bellotas y las flores del campo extremeño. Todos estos aromas se concentran en las vetas de grasa creando una perfecta fusión con una fibra muscular más desarrollada.
Además del sabor, se crea una textura suave que se derrite al en la boca y se funde con la saliva creando una percepción nasobucal. Es decir, una sensación que involucra el olfato con el gusto de una manera única.
Este quinto sabor, descrito como umami, sólo se encuentra en poquísimos alimentos en el mundo. Lo que le da al jamón ibérico su aprecio en los mercados globales al nivel de delicatessen como el salmón o el caviar.
En Ceballos Maya, apreciamos la calidad del jamón desde la elección de las bellotas hasta la delicada manipulación del producto final. Nuestros procesos de curado, corte y preservación del jamón ibérico garantiza que cada loncha produzca esa indescifrable sensación que ni Cervantes ha podido describir.